Avenida luna, trece de noviembre, son las nueve y media y algún que otro minuto de regalo. No hay gente en la calle, las aceras están vacías, las papeleras llenas; y echan humo las alcantarillas en una ciudad de alto consumo. El idioma es lo de menos cuando es el silencio quién siempre acaba hablando. Avenida luna, misma fecha, diez y cuarto de la noche, y una taza de té caliente entre mis manos. No hay gente en la calle, las luces medio apagadas en una ciudad casi dormida. No hay gente en la calle afuera hace frío, y aquí dentro no distingo la temperatura. Avenida luna, mediados de noviembre, once de la noche, una taza de té vacío, un libro medio abierto, y un televisor apagado en blanco y negro mientras consumo el último cigarrillo del día. Avenida luna en un calendario casi agotado, casi media noche, y yo, aquí, aún despierta contemplándote. Avenida luna eres tú en mi firmamento y la calle 42 donde viv...