Qué son mis manos ya…
San Juan, noche de verbena, de nostalgias precedidas tras
una hoguera, de recuerdos que se apilan, de quemar lo viejo y cambiarlo por el
inicio de cosas nuevas por llegar. Pero cada día se muestra ante nosotros una
noche de San Juan, sin querer pero queriéndolo saber. No solo es esta noche una
nueva oportunidad. Se perfilan ante nosotros nuevas ilusiones, nuevos retos,
nuevos gestos… y en nuestras manos, nunca mejor dicho, se mece el inicio de
todas ellas. Desde el amor y el valor que lo sigue podemos conseguir todo lo
propuesto. Imagínate que son mis manos y, que tú, eres el fruto a alcanzar…
persona, sueño, o demás.
Qué son mis manos
ya…
Qué son mis manos
sin tu piel cerca de mí,
sin tu cuerpo abanderando
mis sentidos;
si tu ausencia se adivina
con un gesto…
con mis manos alzándose
sutilmente hacía ti.
Qué son mis manos
sin el contacto del calor,
que tú,
desprendes (siempre) hacía mí.
Qué son mis manos ya,
qué son mis manos ya sin ti.
Que la vida ya se muestra
de otro modo y,
que su mueca se adivina
ante tu existencia,
y tu presencia es sinónimo
de alguna palabra
que me apresura (de nuevo) conquistar.
Que la vida ya se mece y,
que el tiempo se dibuja
en mi retina
con solo (ad)mirarte a través
de lo que mis manos se aferran
cada vez que tú…
te sucedes ante mí.
Qué son mis manos,
qué son,
si desnudas ofrecen lo mejor
que pueden dar.
Y vestidas se engalanan
con aquel perfume
que solo tú me puedes dar.
Qué son mis manos
si en sus huellas se revelan
lunas llenas y,
los días son herencias que,
nunca más,
borrarse podrán.
Qué son mis manos sin ti
en esta noche de San Juan…
Qué son mis manos ya.
(Qué son mis manos ya, 2013)
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