Valle de lágrimas...
“El valle de las lágrimas” de Sonia Marmen,
escritora canadiense, es uno de mis libros favoritos. Es una fabulosa historia
de aventuras y de amor, de ahí el título plasmado por mí, pues guardo un
hermoso recuerdo de su lectura. Se dice que cada libro leído es como vivir otra
vida más y, así lo creo yo también. La palabra ‘devorar’ me encanta cuanto a
libros se refiere, me gusta esa sensación: devorar libros es sumamente
placentero. Recuerdo haberme emocionado, haber reído y haber sufrido página tras
página en una historia que transcurre en tierras escocesas; un marco ideal
de tonos verdes y abundantes, de montañas y de valles, donde la figura de los
highlanders siempre me ha llamado la atención.
‘Valle de lágrimas’, mi poema, no es un
reflejo de este libro, pero si un hermoso recuerdo.
(‘…y para siempre’, así reza en la última
frase del libro también)
Valle
de lágrimas.
Dejé una lágrima en
la almohada,
nació una rosa encima
de ella y,
la verdad, amada mía,
que en mi partir
lloré mares de
tristeza
por no saber llorar ante
tu presencia.
Y brotó la flor,
reflejo de tu
belleza,
por no querer que tú,
mi amada,
sintieras la tristeza.
Me fui con todo y me
fui sin nada;
me fui sin ti;
partí al alba después
de la madrugada,
y sentí,
sentí que algo en mí se quebrantaba.
sentí que algo en mí se quebrantaba.
Y solo sé que fue un
error
no haberme despedido
de ti,
para poder así seguir
recordándote
con la mirada
despierta entre mis labios;
dormías tan bella
como siempre.
Partí al alba con la
mirada al frente
y mi corazón en la
almohada.
Te amo, mi bella dama,
…y (es) para siempre.
(Valle de lágrimas,
2013)
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